5 preguntas a Robert Randall

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Lo más probable es que hoy haya utilizado una bomba de jabón manual y no haya pensado mucho en ello. Robert Randall es vicepresidente de ventas de Silgan Dispensing, que tiene una planta de fabricación en North Smithfield. La empresa diseña, fabrica y distribuye bombas y pulverizadores para los mercados del hogar y el jardín, la salud, las fragancias y la belleza y el cuidado personal.

A principios de este año, Silgan introdujo productos con plástico reciclado postconsumo para las marcas que buscan aumentar sus prácticas sostenibles. Randall habló a PBN de otras cosas que atraen a los clientes a los envases, y de lo que supone diseñar los envases y los métodos de dispensación de los productos que usamos a diario.

PBN: ¿Qué es lo primero que los consumidores notan en un producto?

RANDALL: A riesgo de parecer parcial, realmente creo que el envase es lo primero en lo que se fijan los consumidores cuando compran un nuevo producto, y en concreto, en su diseño. Piense en ello: Cuando uno está en una tienda buscando entre las filas de estantes, sus ojos se dirigen naturalmente al producto que destaca.

Más allá de la estética del envase, los consumidores también tienen curiosidad por saber cómo funcionará, concretamente su capacidad para dispensar la cantidad correcta de producto de la forma adecuada, y ahí es donde entramos nosotros.

Las necesidades y expectativas de los consumidores varían según el sector. En el ámbito de la salud, la precisión es fundamental, mientras que en el espacio de la belleza y el cuidado personal, encontramos que el lujo suele ser más importante para transmitir. En el caso de los productos para el hogar y el jardín, los consumidores están acostumbrados a la fatiga de las manos y los dedos, por lo que la facilidad de uso debe estar claramente reflejada en el diseño.

PBN: En el blog de su empresa se afirma que "el diseño del producto no puede limitarse a provocar una primera compra". ¿Puede explicarlo?

RANDALL: Aunque el diseño desempeña un papel importante en lo que atrae inicialmente a un consumidor a un producto y puede provocar una compra inicial, el hecho de que el cliente vaya a repetir la compra depende de su experiencia una vez que lo lleva a casa y lo utiliza. Esta es una parte fundamental de nuestro proceso: asegurarnos de que su experiencia coincida con sus expectativas al ver el producto por primera vez.

Tiene que ser estéticamente agradable y óptimamente funcional. Antes de que un producto llegue a las estanterías, investigamos a fondo lo que quieren los consumidores y lo combinamos con estudios ergonómicos y un diseño bien pensado. ¿Cuál es la posición más cómoda para que el consumidor sostenga el producto mientras lo usa, cuán concentrado o ancho debe ser el pulverizador para hacer el trabajo, cuál es la posición óptima para los dedos en el pulverizador o la bomba, y cómo podemos proporcionar un mejor agarre o señales táctiles para crear una mejor experiencia de dispensación? Todas estas consideraciones se tienen en cuenta en el diseño de nuestros productos.

PBN: ¿La llegada de la tecnología cambia de algún modo la psicología básica del diseño de productos a los ojos de los consumidores?

RANDALL: Las tácticas de marketing [como la optimización de motores de búsqueda] o los anuncios emergentes ayudan sin duda a dar a conocer el producto, sobre todo entre los consumidores que hacen la mayor parte de sus compras por Internet. Sin embargo, rara vez conducen a la compra. Cada vez más, la gente "verifica" el valor y la eficacia de un producto a través de reseñas en línea en sitios [como] Amazon. Como siempre, la funcionalidad tiene que ir a juego con style y la forma.

PBN: ¿Los principios de diseño de los dispensadores difieren según el tipo de producto que vayan a contener, como lacas para el pelo, aerosoles para plagas de jardín o soluciones de limpieza?

RANDALL: Absolutamente... cada producto es diferente y necesita su propio proceso de descubrimiento de ideas para informar su diseño. Tomemos un pulverizador de niebla fina, por ejemplo. Hay aplicaciones para esto tanto en soluciones de limpieza del hogar como en soluciones de cuidado personal. Para una solución de limpieza doméstica, lo más probable es que se opte por un pulverizador de gatillo que se bombee apretando con dos dedos, mientras que algo como una niebla facial tendría una bomba que se utiliza presionando el dedo índice en la cabeza de la bomba.

Incluso en el ámbito del cuidado personal, hay matices; mientras que las fragancias y los protectores solares en spray utilizan una bomba de niebla fina para dispensar el producto, el motor de la bomba se construiría para manejar las diferentes viscosidades de las fórmulas, así como las diferentes salidas de los patrones de pulverización.

PBN: ¿Cuál es el reto de su sector en estos momentos?

RANDALL: El auge del comercio electrónico y la creciente agilidad de los envíos con empresas como Amazon y otros minoristas está obligando a nuestra industria a reorientar nuestro enfoque del desarrollo de productos. Entre las principales prioridades de nuestros clientes están la sostenibilidad, los productos ligeros y los diseños rentables. Nuestro papel es ayudar a equilibrar estas prioridades que compiten entre sí.

La pieza de la tapa de un frasco de champú lo caracteriza bastante bien. Es posible que tengamos que trabajar con nuestro cliente para entender el proceso y el coste de utilizar una tapa de polipropileno que cumpla las pruebas de comercio electrónico. Si bien esa tapa debe abrirse y cerrarse eficazmente durante su uso, también debe mantener su integridad durante el proceso de envío. Es posible que haya que introducir otras características de diseño, como un forro en el interior del tapón. También puede ser necesario ajustar la fuerza de apertura. En definitiva, tenemos que dominar un diseño que sea sencillo para el consumidor, que lo utilice día tras día y que sea lo suficientemente duradero como para llegar intacto.

Susan Shalhoub es escritora colaboradora de PBN.